En este post quiero ofreceros dos aproximaciones a la sinergia desde un enfoque más creativo e interesante. En primer lugar, os mostraré uno de los ejemplos de sinergia más geniales ―en el sentido literal de la palabra― que he conocido en toda mi vida y que, además, tengo la suerte de conocer en profundidad. En segundo lugar, voy a mostraros cómo es, en mi opinión, el sonido que produciría la sinergia, si pudiéramos escucharla.
SINERGIA PARANORMAL

El diccionario de la Real Academia Española define la palabra “paranormal” como “Dicho de los fenómenos científicamente inexplicables estudiados por la parapsicología.” Tengo la curiosa costumbre personal de llamar “paranormal” a aquellas creaciones de cualquier tipo ―artísticas, intelectuales…― que me abruman totalmente por su creatividad, genialidad, envergadura, mensaje o belleza.
Una de estas creaciones ―en este caso, artística― es mi videojuego favorito: Final Fantasy VII (Squaresoft, 1997, para la consola PlayStation), considerado por muchos, entre los que me incluyo, el mejor videojuego creado hasta la fecha.
y lo hará siempre.
En 1997, los increíbles vídeos como éste, contenidos a lo largo de todo el juego, supusieron una auténtica revolución artística, creativa y narrativa en el mundo de los videojuegos.
Soy un gran aficionado a los videojuegos prácticamente desde que tengo memoria. Por supuesto, tengo mi lista particular de mis juegos favoritos, pero Final Fantasy VII no se ha movido del primer puesto desde que lo jugué hace ya 12 años. ¿Por qué?
Creado por la productora de videojuegos japonesa Squaresoft ―actualmente, Square Enix―, Final Fantasy VII es una proeza técnica, artística y narrativa, y más aún para la época de su nacimiento. Es una aventura interminable, con un argumento fascinante y enormemente complejo, que tarda en revelarse al jugador entre 70 y 100 horas. Es, casi literalmente, un mundo completo, que sólo existe encerrado en los tres CDs de los que se compone el juego.
Hay muchas razones por las que podría decir que Final Fantasy VII es genial. Pero una de las más importantes es la siguiente: cuando trato de imaginar el trabajo en equipo que fue necesario para crear esta obra maestra digital, la cabeza me da vueltas.
El desarrollo de Final Fantasy VII requirió un equipo de trabajo nunca visto hasta aquella fecha para la realización de un videojuego: 200 artistas y programadores, trabajando durante dos años en un proyecto que contó con un presupuesto de 30 millones de dólares. Cada una de estas personas, por supuesto, estaba especializada en una tarea muy específica: guión, producción, dirección, música, efectos sonoros, diseño artístico, dirección de las escenas de vídeo, modelado de personajes, programación de las batallas, mapeado, animación… Y, dentro de estas categorías, existían aún más ramificaciones. La complejidad de este juego, teniendo en cuenta, además, la época en la que se creó, no puede describirse; sólo puede apreciarse cuando es experimentada por uno mismo: miles y miles de elementos diminutos, perfectamente diseñados, que se integran entre sí para formar un inmenso mundo coherente que jamás ha existido.
Final Fantasy VII es la clase de maravilla que nace de un equipo de trabajo compuesto por dos centenares de mentes geniales perfectamente cohesionadas y complementadas entre sí, cuyo producto conjunto resulta ser mayor ―en este caso, infinitamente mayor― que el de la suma de sus partes. Es en esta escala y con este nivel de creatividad, atrevimiento y genialidad cuando aparece la sinergia en su máxima expresión, y el objeto nacido de esos esfuerzos es un candidato para hacer historia dentro de su sector.
Notas obtenidas por Final Fantasy VII en distintos medios especializados
Sobran los comentarios.
1UP.com: A+
GamePro: 5 sobre 5
Official PlayStation Magazine: 5 sobre 5
PSM: 5 sobre 5
Electronic Gaming Monthly: 9,5 sobre 10
GameSpot: 9,5 sobre 10
IGN: 9,5 sobre 10
Famitsu: 38 sobre 40
TopTenReviews: 3,74 sobre 4
MobyGames: 93%
GameRankings: 92%
Metacritic: 92%
EL SONIDO DE LA SINERGIA
Hace unos días, de vuelta a casa tras salir de la Escuela de Negocios, escuchaba en la calle la pieza musical The Bell (Mike Oldfield, 1992, Tubular Bells II), una de mis creaciones favoritas de este genial músico y compositor. De repente, me di cuenta de la conexión existente entre el contenido de esta música y la sinergia en el trabajo en equipo.
Esta pieza musical es genial porque, progresivamente, y con ese estilo tan propio del gran Oldfield, van agregándose nuevos instrumentos y efectos de sonido a la composición hasta que, en un momento dado, se reúnen todos, para dar lugar a un resultado espectacular, enormemente hermoso y armónico. Podemos pensar en la llegada de cada instrumento o efecto de sonido como en la incorporación de una nueva persona al equipo sinérgico. La aportación que ese nuevo miembro proporciona al equipo es mayor que lo que hubiera creado de forma aislada. Así, vamos sumando más y más miembros en el equipo, y el resultado final es… extraordinario.
Os recomiendo encarecidamente que escuchéis la pieza completa mientras navegáis o hacéis vuestras tareas. No os dejará indiferentes. Mucha atención a partir del momento 4:20, que es cuando, por fin, entran en escena todos los instrumentos y efectos de sonido.