domingo, 29 de noviembre de 2009

SINERGIA PARANORMAL + EL SONIDO DE LA SINERGIA

Llega el momento de escribir el segundo post y, desde el principio, me prometí a mí mismo que no debería ser tan “denso”, tan teórico, como el anterior. Si el primer post, “SINERGIA = MAGIA”, tenía el objetivo de asentar las bases teóricas de ese misterio que llamamos “sinergia”, en este segundo post quiero tratar el mismo asunto, que considero fascinante, pero desde una perspectiva totalmente distinta.

En este post quiero ofreceros dos aproximaciones a la sinergia desde un enfoque más creativo e interesante. En primer lugar, os mostraré uno de los ejemplos de sinergia más geniales ―en el sentido literal de la palabra― que he conocido en toda mi vida y que, además, tengo la suerte de conocer en profundidad. En segundo lugar, voy a mostraros cómo es, en mi opinión, el sonido que produciría la sinergia, si pudiéramos escucharla.




SINERGIA PARANORMAL



El diccionario de la Real Academia Española define la palabra “paranormal” como “Dicho de los fenómenos científicamente inexplicables estudiados por la parapsicología.” Tengo la curiosa costumbre personal de llamar “paranormal” a aquellas creaciones de cualquier tipo ―artísticas, intelectuales…― que me abruman totalmente por su creatividad, genialidad, envergadura, mensaje o belleza.

Una de estas creaciones ―en este caso, artística― es mi videojuego favorito: Final Fantasy VII (Squaresoft, 1997, para la consola PlayStation), considerado por muchos, entre los que me incluyo, el mejor videojuego creado hasta la fecha.





El opening de Final Fantasy VII. Hoy me sigue impresionando,
y lo hará siempre.
En 1997, los increíbles vídeos como éste, contenidos a lo largo de todo el juego, supusieron una auténtica revolución artística, creativa y narrativa en el mundo de los videojuegos.



Soy un gran aficionado a los videojuegos prácticamente desde que tengo memoria. Por supuesto, tengo mi lista particular de mis juegos favoritos, pero Final Fantasy VII no se ha movido del primer puesto desde que lo jugué hace ya 12 años. ¿Por qué?

Creado por la productora de videojuegos japonesa Squaresoft ―actualmente, Square Enix―, Final Fantasy VII es una proeza técnica, artística y narrativa, y más aún para la época de su nacimiento. Es una aventura interminable, con un argumento fascinante y enormemente complejo, que tarda en revelarse al jugador entre 70 y 100 horas. Es, casi literalmente, un mundo completo, que sólo existe encerrado en los tres CDs de los que se compone el juego.

Hay muchas razones por las que podría decir que Final Fantasy VII es genial. Pero una de las más importantes es la siguiente: cuando trato de imaginar el trabajo en equipo que fue necesario para crear esta obra maestra digital, la cabeza me da vueltas.

El desarrollo de Final Fantasy VII requirió un equipo de trabajo nunca visto hasta aquella fecha para la realización de un videojuego: 200 artistas y programadores, trabajando durante dos años en un proyecto que contó con un presupuesto de 30 millones de dólares. Cada una de estas personas, por supuesto, estaba especializada en una tarea muy específica: guión, producción, dirección, música, efectos sonoros, diseño artístico, dirección de las escenas de vídeo, modelado de personajes, programación de las batallas, mapeado, animación… Y, dentro de estas categorías, existían aún más ramificaciones. La complejidad de este juego, teniendo en cuenta, además, la época en la que se creó, no puede describirse; sólo puede apreciarse cuando es experimentada por uno mismo: miles y miles de elementos diminutos, perfectamente diseñados, que se integran entre sí para formar un inmenso mundo coherente que jamás ha existido.

Final Fantasy VII es la clase de maravilla que nace de un equipo de trabajo compuesto por dos centenares de mentes geniales perfectamente cohesionadas y complementadas entre sí, cuyo producto conjunto resulta ser mayor ―en este caso, infinitamente mayor― que el de la suma de sus partes. Es en esta escala y con este nivel de creatividad, atrevimiento y genialidad cuando aparece la sinergia en su máxima expresión, y el objeto nacido de esos esfuerzos es un candidato para hacer historia dentro de su sector.




Notas obtenidas por Final Fantasy VII en distintos medios especializados

Sobran los comentarios.

1UP.com: A+
GamePro: 5 sobre 5
Official PlayStation Magazine: 5 sobre 5
PSM: 5 sobre 5
Electronic Gaming Monthly: 9,5 sobre 10
GameSpot: 9,5 sobre 10
IGN: 9,5 sobre 10
Famitsu: 38 sobre 40
TopTenReviews: 3,74 sobre 4
MobyGames: 93%
GameRankings: 92%
Metacritic: 92%




EL SONIDO DE LA SINERGIA



Hace unos días, de vuelta a casa tras salir de la Escuela de Negocios, escuchaba en la calle la pieza musical The Bell (Mike Oldfield, 1992, Tubular Bells II), una de mis creaciones favoritas de este genial músico y compositor. De repente, me di cuenta de la conexión existente entre el contenido de esta música y la sinergia en el trabajo en equipo.

Esta pieza musical es genial porque, progresivamente, y con ese estilo tan propio del gran Oldfield, van agregándose nuevos instrumentos y efectos de sonido a la composición hasta que, en un momento dado, se reúnen todos, para dar lugar a un resultado espectacular, enormemente hermoso y armónico. Podemos pensar en la llegada de cada instrumento o efecto de sonido como en la incorporación de una nueva persona al equipo sinérgico. La aportación que ese nuevo miembro proporciona al equipo es mayor que lo que hubiera creado de forma aislada. Así, vamos sumando más y más miembros en el equipo, y el resultado final es… extraordinario.

Os recomiendo encarecidamente que escuchéis la pieza completa mientras navegáis o hacéis vuestras tareas. No os dejará indiferentes. Mucha atención a partir del momento 4:20, que es cuando, por fin, entran en escena todos los instrumentos y efectos de sonido.

viernes, 13 de noviembre de 2009

SINERGIA = MAGIA



El tiempo vuela: parece que fue ayer cuando empezamos la primera sesión de la asignatura de Técnicas de trabajo en equipo. ¿No os habéis quedado con la sensación de que, aunque ahora sepáis mucho más que antes sobre el trabajo en equipo, hay aspectos esenciales sobre este asunto que nunca llegaréis a controlar ni, incluso, comprender? En mi caso, esta sensación “molesta” y desafiante es muy fuerte. Algo acerca del trabajo en equipo se me "escapa", y sé que es algo realmente importante.

Termino esta asignatura, por tanto, casi con tantas preguntas como cuando empecé, aunque éstas sean más interesantes que las primeras. O eso espero. De entre todas las preguntas que podría formular sobre el trabajo en equipo, la más urgente, la que considero más importante y desafiante, es ésta:

¿Qué es lo que hace que un equipo sea genial?

No nos engañemos: aunque es cierto que un equipo siempre será mejor que un simple grupo, existen innumerables equipos en el mundo. Sin embargo, aunque todos sean equipos, sus resultados son dispares. Por ejemplo, hay muchos equipos de guionistas en este mundo que escriben series de televisión, pero sólo uno fue capaz de dar vida a Los Simpson. Como todo el mundo, tengo mi propio concepto de lo que es genial, y esta serie de dibujos animados es uno de los ejemplos de genialidad más acertados que puedo imaginarme.



El equipo de guionistas de Los Simpson en la temporada de 1992

¿Por qué hay equipos que, en vez de “producir en serie”, diseñan obras de arte ―y me estoy refiriendo a cualquier tipo de equipo, sea cual sea su ocupación y el objeto que crean― mientras que la mayoría simplemente “cumple” con la tarea?

Podríamos sentirnos tentados de pensar que la respuesta es muy sencilla: la clave podría estar en crear un equipo formado por las personas más preparadas y sobresalientes. Ojalá fuera tan fácil… Evidentemente, las personas que formen el equipo deben ser notables para que el resultado conjunto sea genial. Sin embargo, ésta es una condición necesaria, pero no es suficiente.

La respuesta está escondida dentro de un concepto misterioso: la sinergia. Siendo sincero, os confesaré que la palabra “sinergia” era para mí, hasta hace poco tiempo, una de esas “palabras empresariales” huecas que usan un lenguaje complicado para ocultar un vacío de ideas y no decir gran cosa en realidad.

¿1 + 1 = 3? Menuda tontería. No creía que hubiera gran cosa detrás de este concepto, por llamarlo de alguna forma. ¡Vaya error! La sinergia es la madre del éxito de un equipo, y por eso voy a dedicar a ella este post.


Conociendo la sinergia

La sinergia se ha convertido en los últimos años en una de las características de los equipos más destacadas por los expertos en esta materia. El concepto de la sinergia es fascinante: se trata de un efecto multiplicador del trabajo en equipo sobre el individual. En otras palabras, su existencia supone que la unión de esfuerzos crea unos resultados superiores a la suma de los que se obtendrían si cada integrante del equipo trabajara de forma aislada. ¡La sinergia es mágica!

Un buen ejemplo de equipo sinérgico es un combo de jazz. Los instrumentos de los integrantes del equipo se potencian unos a otros, se mezclan y complementan, de tal forma que el valor de la música que crean reside en su combinación más que en sus sonidos individuales.

¿No os habéis detenido a pensar en lo increíble que es este fenómeno? Pensadlo bien. De hecho, la sinergia está llena de connotaciones misteriosas, pues aún se desconocen los mecanismos que desencadenan su aparición. La sinergia no se impone, ni se implanta… simplemente aparece. No puede ser directamente observada, ni medida con precisión. Sin embargo, ¡toda la gestión de equipos gira alrededor de un concepto tan escurridizo y asombroso! Y esta gestión es la causa directa del éxito o del fracaso de la empresa, puesto que ésta se compone de equipos. De personas.

Por otro lado, la sinergia, como tantos otros conceptos estrechamente relacionados con la genialidad, se nutre de la diversidad. Si se dan las circunstancias adecuadas, el equipo puede obtener ventajas sinérgicas de las diferencias entre sus integrantes. Todos sabemos que cada persona tiene unas capacidades más desarrolladas, y otras menos. Si estas capacidades se coordinan adecuadamente, el equipo será mucho más eficaz: las carencias de uno se compensan con las capacidades del otro.


Nada que merezca la pena nace sin esfuerzo...

Evidentemente, no es fácil que la misteriosa sinergia aparezca: es necesario que se cumplan ciertas condiciones. Para empezar, por supuesto, la sinergia no surgirá en un grupo; sólo podrá aparecer en un equipo. Podría añadirse que ni siquiera basta con este requisito: no es suficiente con que sea un equipo, sino un buen equipo. Las personas que lo formen deben ser inteligentes, conscientes y responsables, para que el equipo cumpla con ciertas condiciones, de las que destaco las siguientes:


Autonomía informal

El buen equipo debe ser autónomo. Debe ser capaz de regularse a sí mismo de manera informal, es decir, entre ellos y sólo ellos, de forma que no necesiten a nadie ajeno al equipo que les tenga que recordar constantemente cuáles son los objetivos. Eso tiene sentido en las guarderías y en las malas empresas, pero no para los equipos, y mucho menos para uno bueno.


Coordinación total
Los objetivos de todos los integrantes del equipo deben estar perfectamente alineados.


Comunicación de verdad
Expresar las opiniones, admitir las dudas y apoyarse en los demás para solucionarlas.


Compartir el conocimiento
El conocimiento no es mío: es del equipo. No deben aparecer intereses individuales ni, por supuesto, competitividad interna.


Integración vertical
Los efectos de la sinergia son mayores si los integrantes del equipo desarrollan actividades diferentes y complementarias.


La urgente necesidad de “cosechar” la sinergia

La complejidad de muchas de las tareas desarrolladas en la actualidad por los equipos de trabajo hacen que la sinergia se haya puesto de moda: ahora es más importante que nunca. Sin embargo, como hemos visto, es inútil ―e, incluso, contraproducente― tratar de implantarla. En vez de instaurar sinergias, la empresa debe tratar de “cosecharlas”, es decir, sentar las bases para que puedan desarrollarse y sostenerse.

Para esto, es imprescindible que la cultura de la empresa sea inteligente, avanzada y humana. ¿Es éste realmente el caso del tipo de cultura más extendida en las empresas españolas, más allá de esas maravillosas palabras redactadas en el texto de sus misiones?